MUJERES DEL HILO

Decido no desbordar, no desbordarme. Sigo y confío en el proceso, en que el tiempo invertido se dejará ver en la piel del tejido. La suma de defectos equivale a un bordado más natural, o por lo menos más original. Es lo mismo que espero de mí: mostrar lo que soy y no lo que debería ser. 

Soy este tejido complejo, hecho de tiempo y remiendos.

Al fin encuentro un ritmo. Entro y salgo de la tela sin enredarme demasiado. La longitud del hilo es la justa para apenas mover la mano sin levantar el hombro y su paso por la trama se escucha como un instrumento de percusión sin nombre. En este tambor bordo un inventario personal del mundo: un matorral, una ventana, un cuerpo. Por ahora no necesito nada más. Cada puntada es a la vez el fragmento de una canción, una imagen y un pensamiento. 

Eso debe ser la felicidad: una cadencia. 

Da igual si estoy en una cabaña en medio de la montaña o en una sala de espera. Mis ojos están en este paisaje circular. En los círculos todos somos iguales. Soy la criada que borda a la luz de una estufa de leña, soy la reina que borda en una jaula de oro para afirmar su existencia. Soy una escritora que no puede escribir y que borda para contarse historias más lentamente.  

¿Qué soy? Soy este tejido. Complejo. Hecho de tiempo. Y remiendos.

Soy la que borda y a veces escribe. Soy la que cuida lo que hace, lo que dice. La que arropa al hombre que duerme a su lado con la esquina de su dechado. La que ahora sabe dónde poner ese enredo que tiene adentro y hasta le tiene afecto. 

No soy la que ha guiado la hebra. Ella me ha guiado a mí. Tomó sus propias decisiones y ahora tiene ojos de gato, el pelo largo y la hiedra desbordada. 

Juliana Muñoz Toro

Noviembre 2021

VISITAS
Jueves de 3pm a 5:30pm y
Sábados de 10am a 12:30.