Daniel Winograd Yontef es un arquitecto y artista colombiano.

Estudió pintura y dibujo en Francia, Nueva York y en Colombia con los maestros Miguel Ángel Rojas y David Manzur. Las obras de Winograd se han expuesto en Argentina, Canadá, EEUU, Colombia, Ecuador, Italia y Polonia.

La exposición «En la búsqueda» en Liebre Lunar reúne dos series recientes de óleos y dibujos.

En la búsqueda es una exposición del artista Daniel Winograd, quien nos convoca a acercarnos a su serie de pinturas y  dibujos  en donde se inscribe la permanente exploración de su ser y de su práctica artística. Una indagación que cohabita con sus historias personales, como son la de ser hijo de emigrantes polacos, la de su trabajo como arquitecto, la de su constante aprendizaje en el arte en los talleres de David Manzur, de l’ École de Beaux Arts de Montpellier o del Art Students League en Nueva York; la de su exploración y viajes para aprender yoga Inyengar en la India y en otros lugares donde estudió con varios maestros, con quienes perfeccionó esta disciplina física y espiritual.

Su trabajo abarca la vida misma: proyectos de arquitectura donde techos verdes y otros modos de construir dejan percibir un cambio de paradigmas hacia un habitar más consciente de la unidad del ser humano y el planeta; sus caminatas, el estar comprometido con una doctrina física y filosófica como es el yoga y, por supuesto, en el pintar y dibujar de manera cotidiana. El artista posee una colección significativa de libretas de dibujos que ha realizado desde cuando era estudiante de artes en Nueva York. En estas registra su acontecer como si fuesen una serie de diarios, donde el dibujo es equiparable a la escritura, a una observación de sus pensamientos, a un monólogo íntimo que se traduce en narrativas abstractas compuestas por bocetos rápidos y algunos más elaborados. Pistas para armar un rompecabezas de su búsqueda. 

En la búsqueda  subraya la voluntad de investigación permanente en varios campos que confluyen transversalmente, que implican muchos procesos y convergen, en esta ocasión, en el arte.

La obra de Winograd se puede dividir en tres grandes ejes. El primero son los desnudos femeninos: cientos de dibujos desarrollados a partir del trabajo con modelos o de figuras que emergen de la memoria, desnudos que se entretejen a partir del movimiento, figuras que devienen en poses cotidianas, en donde el artista,  en su realización, precisa los cuerpos en el papel. Son dibujos realizados con tintas en donde predomina el blanco de fondo. Las líneas fuertes de su dibujo delimitan el contorno de los cuerpos y, en pequeños espacios,  aparece algo de color. Estos dibujos, aunque se acercan al expresionismo por su gestualidad, se apartan también de este lenguaje, pues sus figuras no poseen ese aire desgarrador y angustiante, sino que hay un acercamiento a sus modelos de manera más apacible y serena. El segundo eje de sus temáticas son los retratos en tinta y algunos realizados al óleo, que no están presentes en esta muestra. En estos, Winograd ausculta a sus modelos, son radiografías en las que evidencia el carácter y hasta el lado oculto de las personas que se enfrentan como modelos. Como tercer vector de su trabajo encontramos las pinturas abstractas realizadas en óleo. Cuando las observamos vemos que el artista utiliza un patrón que repite de manera rítmica y casi sonora.  A pesar de que el artista no posee ningún referente consciente, cuando las examinamos y vemos en conjunto,  podemos encontrar que estas formas que se repiten pueden generar una unidad de contexto que se relaciona con la urbe, pues en la mayoría de sus óleos hay insinuaciones y evocaciones de ciudades, de planos vistos de una perspectiva área o frontal. Otras veces este patrón de agrupaciones se separa por bloques, lo que va configurando ciudades imaginadas.

Daniel Winograd devela en esta muestra su búsqueda permanente, con la que muchos nos identificamos y a la que nos deja acceder, así sea por un instante.

María Elvira Ardila