En la zona rural de Piedecuesta, Santander, en una rústica casa que él mismo construyó, viven Edson Velandia, Adriana Lizcano, su esposa, y Luciano y Naira, sus dos hijos. En ese paraíso bucólico, alejado del ruido, la velocidad y la angustia de la ciudad, el compositor imagina lo fantástico –una canción de sesenta minutos, la banda sonora de un documental, un cancionero y un Concierto para Coro y Orquesta- que los revelan creadores que definen la historia reciente de la lírica en Colombia. Destacamos dos de los trabajos de Velandia dedicados a la infancia: “Sócrates”, que incorpora juegos de palabras, arrullos y expresiones de la jerga popular, donde Edson  compuso los diez cortes de este imperdible de la música infantil colombiana, hecho para que los niños canten, toquen y bailen, estas rondas incluso sin que dependan de un acompañamiento musical, y Montañero es el álbum- disco realizado en familia.