Liebre Lunar le invita a sacar lo artístico de su rutina y darse la oportunidad de experimentar nuevas sensaciones que le revelen, le hagan reflexionar, le sorprendan. Aunque sea solo por un instante, ponga de lado lo cotidiano, lo normal, entre en un territorio extraño, mágico, irreal del que ahora solo tenemos mensajes cortos en pantallas, imágenes desprovistas de sensaciones, relacionesgos.
“(…) Hablar de la liebre es aludir a un elemento central en el complejo mundo Beuysiano. La liebre representa el ciclo del nacimiento a la muerte. Animal grácil, cálido, veloz y fértil, simboliza el movimiento en libertad y se relaciona directamente con la tierra.” Carmen Bernárdez.
La acción sucede en 1965 y dura tres horas. Mientras explica cada cuadro, Beuys hace que la liebre lo toque con sus patas. El público contemplaba la acción desde la ventana y una puerta de vidrio. Sólo una vez finalizada esta primera parte el público fue admitido y Beuys continuó con su explicación, pero ya sentado en una silla. Beuys parece “explicar”, sin voz, sin discurso, y es en ese gesto donde revela su pensamiento: no hay nada que entender, todo está abierto a la intuición y a la imaginación.